La llamada «Bear Trap» en el PGA National conocida en castellano como «Trampa del Oso» (tramo comprendido entre los hoyos 15 y 17) es paciente, sabe que tarde o temprano te atrapará y si en la ronda del jueves, Sergio García y Rafa Cabrera-Bello salieron de ella indemnes, el castellonense al par y el canario restando un golpe, en esta segunda jornada no podemos decir lo mismo.
Y es que dos bogeys de García en el 15 y en el 16 anularon por completo el birdie del 13 dejando la vuelta con números sobrepar (71). Tan importante es un golpe en este campo el National, el segundo más duro en el pasado ejercicio, que con un solo golpe de diferencia te puedes ir 20 puestos por detrás.
Solo hace falta ver la clasificación y darte cuenta de ello. El de Borriol acumula un -1 en su cuenta, puesto 48 empatado con otros siete jugadores, mientras que Rafa Cabrera-Bello está en el 28 con -2 compartiendo esa posición con otros diecinueve.
Cabrera-Bello tuvo un carrusel de golpes en sus primeros nueve alternando birdies con bogeys pero llegando a la segunda parte del recorrido con un -1 en el día. Luego vendrían seis pares consecutivos, pero en el 16 apareció la temida trampa de Nicklaus y el temido bogey que dejaba al canario al par del campo en el día.
Lideran Ryan Palmer y el rey de los Trick Shots, Wesley Bryan, con -9 lo que significa que una buena vuelta en la llamada jornada del movimiento por parte de los españoles los metería de lleno en la lucha en la ronda final. Palmer viene retomar la competición después de que a su mujer se le diagnosticara un cáncer de pecho el pasado mes de julio.
El estadounidense decidió retirarse por unos meses de los campos y cuidar de sus dos hijos y de su mujer Jennifer mientras ésta convalecía de una operación y recibía los primeros tratamientos de quimio, ese regreso no le fue nada bien ya que falló cuatro de los cinco torneos disputados. Ahora, desde lo más alto espera rematar en el fin de semana y que la ansiedad que sufría en los greenes remita y pueda acabar con un puesto soñado.