Oosthuizen y el viento fueron demasiado para Rafa Cabrera-Bello. El golfista español cayó frente al sudafricano en las semifinales del WGC-Dell Match Play por un resultado de 4&3 tras marchar todo el partido a contracorriente. Así pues, el grancanario disputará la final de consolación ante ex número 1 del mundo Rory McIlroy, quien fue derrotado en la otra eliminatoria por el australiano Jason Day.
El jugador de PING apenas dio ninguna opción en todo el envite a Cabrera-Bello, que vio como ya en el hoyo 1 un estratosférico birdie de su compañero de partido le dejaba por detrás en el marcador. Oosthuizen funcionaba como un reloj, aprovechando las oportunidades que le brindaba Rafa y con una tremenda seguridad en su juego. De esta manera llegó el tres arriba en el hoyo 7, que comenzaba a despertar las alarmas.
Y es que el español no fue el mismo que el de los anteriores días. Ni siquiera cuando dos errores del sudafricano le dejaban en el luminoso con solo un hoyo abajo en el 9. Cabrera-Bello no aprovechó las pocas oportunidades de las que dispuso en los greenes y eso, ante un jugador de la calidad de Oosthuizen, se paga.
Finalmente 4&3 y el canario jugará la final de consolación ante Rory McIlroy, que perdió por un hoyo su posibilidad de defender el título ante Jason Day, el nuevo número 1 mundial.
El jugador aussie fue el gran triunfador de la eliminatoria en la que todo el mundo tenía su vista puesta. Day supo manejarse mejor con el putter en las manos y sentenció su partido con un enorme putt desde tres metros y medio para celebrar el comienzo de su nuevo reinado. Un legado que querrá continuar con buen pie batiendo en la final al sudafricano.
De esta manera, el australiano se planta en la última ronda del Match Play por segunda vez en su carrera –después de la del año 2014 donde ganó ante Víctor Dubuisson- y extiende su gran estado de forma, que comenzó hace siete días con su triunfo en el Arnold Palmer Invitational.