Se las prometían muy felices los estadounidenses antes de comenzar los octavos de final del Campeonato del Mundo Match Play que se celebra en Austin, y no era para menos ya que once de los dieciséis clasificados en el cuadro de Match son naturales de ese país.
Entonces parte de la prensa de ese país comenzó a trasladar estos primeros resultados a la próxima Ryder Cup y la supremacía americana, no en vano los otros cinco jugadores provenían de Corea (Byeong-Hun An), Australia (Jason Day), Sudáfrica (Louis Oosthuizen), Rory McIlroy (Irlanda del Norte) y España (Rafa Cabrera-Bello), pero ya ven ustedes, horas más tarde el gozo en un pozo.
Y es que en la primera tanda cedieron antes sus rivales siete de esos once jugadores, si bien es cierto que cuatro de ellos cayeron en duelos entre compatriotas, pero no deja de ser más cierto que todos los internacionales salvo el coreano, que cayó ante Cabrera-Bello, salvaron todos sus escollos. Además la eliminación de Spieth venía con pedrea ya que al pasar Jason Day a cuartos se convertía en el nuevo número uno del planeta.
Más tarde, en esos mismos cuartos más de lo mismo. El público estadounidense veía como poco a poco se quedaba sin representantes. Primero fue Cris Kirk, más tarde Koepka, Cabrera-Bello vengaba a Sergio García eliminando a Moore y Oosthuizen remataba la faena dejando en la cuneta a DJ y de nuevo las dudas de que sucederá en Hazeltine el próximo mes de septiembre.
Esta será la segunda ocasión en que no habrá ningún estadounidense en unas semifinales del WGC-Match Play desde que dieran comienzo en 1999. La otra fue en 2010 cuando accedieron los ingleses Ian Poulter y Paul Casey, el colombiano Camilo Villegas y el español Sergio García.