En esta segunda parte del serial que iniciamos el pasado martes en el que les poníamos al día sobre las ganancias de un jugador del PGA Tour de un perfil medio, tenemos que hablarles ahora de los gastos. Porque sí, esta claro que lo que más relucen siempre son las ganancias, pero hay desembolsos que se han de realizar semanalmente para que un jugador pueda seguir desarrollando de la mejor manera posible su trabajo. Y aquí podremos detenernos largo y tendido en lo referido a impuestos, caddies, seguros, entrenador…
Sin ir más lejos, detengámonos un momento en los caddies, esos inseparables compañeros de fatigas que deben estar en las duras y en las maduras. Éstos se llevan un porcentaje de las ganancias del jugador en los torneos -un 6 por ciento por corte pasado, un 8 por ciento por Top 10 y un 10 por ciento por victoria-. Dicho lo cual podría llevarse una media de 140 mil dólares por temporada, a lo que habría que sumar el porcentaje anual de ganacias -un 7 por ciento– y sus gastos semanales de transporte y alojamiento, que también corren por cuenta del jugador. Una media de 192 mil dólares al año en total, a los que hay que añadir también los del propio jugador, que son unos 130 mil.
¿Cuántos ingresos tiene de media un jugador del PGA por temporada? ¿Es oro todo lo que reluce?
Pero aquí no acaba todo. Porque todo jugador que se esté manejando en estas cantidades tiene que llevar a su lado a un agente que sepa aconsejarle y pueda salir al paso cuando haya algún tipo de contratiempo con la prensa. Y sus honorarios no son precisamente baratos. Dependiendo de su experiencia, éste podría llegar a cobrar anualmente entre el 10 y el 20 por ciento de las ganancias fuera de torneo, lo que para nuestro target significarían unos 105 mil dólares. Números a los que habría que sumar el salario de un contable que llevara en regla todos los temas burocráticos con las administraciones y el pago de impuestos -promedio de 32 mil dólares-.
Y una vez habiendo dejado de lado los despachos, nos acercamos al campo, donde los gastos vuelven a multiplicarse con la presencia del entrenador -unos 40 mil dólares-, el seguro de invalidez -unos diez mil– y los costes por ser miembro del PGA Tour -unos 500-. Ni qué decir tiene que a estas alturas de la película un asesor de imagen suele ser primordial para crear una marca entorno a un nombre -de los cinco mil dólares no se puede bajar-.
En definitiva, que estamos hablando de unos gastos totales por encima del medio millón de dólares por año, números que dejarían las ganancias netas en unos dos millones. Es dinero, sí, pero ya han podido comprobar en esta pequeña muestra que no es oro todo lo que reluce.
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