El golfista estadounidense se ha empeñado en hacer de 2016 la continuación de su fantástica historia durante la pasada temporada y se ha impuesto con autoridad sobre la hierba del Plantation Course de Kapalua (Hawái) en el Torneo de Campeones del PGA. El deportista texano no dio opción a sus rivales en ningún momento, y ya desde el inicio demostró que no había venido de relax a esta paradisíaca isla.
-30 fue el resultado que consiguió el jugador de 22 años, quedándose a las puertas de batir el récord histórico del torneo –hasta ahora en posesión del sudafricano Ernie Els con -31-, pero dejando unas estadísticas que hablan por sí solas. Nadie ha conseguido tantos birdies ni cometido menos errores que él durante estos cuatro días, amén de que ha logrado el mejor porcentaje de putts en los greenes.
Así, Spieth suma su octava victoria en los últimos 14 meses y empata junto a Tiger Woods como golfista que más triunfos ha sumado en el PGA Tour antes de llegar a los 23 años –siete en total-.
El jugador de Dallas le metió ocho golpes de diferencia al segundo clasificado, su compatriota Patrick Reed (-22), que vio como el liderato conseguido en la primera jornada no constituyó mérito suficiente como para tener opciones reales de victoria ante la exhibición protagonizada por Spieth.
Por detrás de ellos la tercera posición fue compartida por Brandt Snedeker y Brooks Koepka con 21 golpes por debajo del par del campo, nueve por detrás del número uno del mundo.
Jason Day, número dos mundial y de quien se esperaba que mantuviera un frenético duelo con el texano, tuvo que conformarse con un discreto T10, pese a entregar el domingo la mejor tarjeta del día con -8. Esto no ha hecho nada más que empezar, pero Spieth ya ha puesto sus cartas encima de la mesa. Veremos si alguien puede hacerle sombra.