A pesar del gran debut en el Open, Jorge Campillo no ha mantenido el ritmo en el segundo día de competición sobre la hierba de Carnoustie y no estará el fin de semana después de una jornada que distó mucho de la vivida en las primeras 24 horas, donde las calles secas y rápidas dieron paso a las lluvias y a unos greenes muy receptivos que terminaron por hacer el campo muy largo.
“Lo cierto es que la lluvia no ha sido ninguna excusa, pero sí que es verdad que el campo se ha jugado mucho más largo que el jueves. Ayer, donde estaba golpeando hierro 8 o hierro 9 hoy he jugado con hierro 4 y todavía me quedaban muchos metros hacia bandera”, confesó el cacereño, que lamentó la mala suerte que ha tenido este viernes con los obstáculos de arena.
“Lo de los bunkers ha sido una cosa increíble. No los he contado, pero he debido coger ocho mínimo: uno de calle y siete de green. Y el problema no es estar ahí, sino cómo se te queda después la bola. Unas veces en el talud, otras veces en los taludes esos que si te quedas ahí estás muerto… En fin, que ha sido una auténtica locura”, añadió.
Y aun así el extremeño se dejó alguna que otra oportunidad de poder salir al campo el fin de semana, guardándose chances alrededor de bandera que no ha podido aprovechar. “Sin ir más lejos confiaba que en el 18, después de haber salido al centro de la calle, podía hacer un birdie con el que conservar las esperanzas de salir al campo el sábado, aunque no ha podido ser”. Eso sí, lo vivido esta semana le servirá para lo que le espera en el US PGA del próximo mes.
“En estas situaciones pensar en algo positivo es complicado, pero seguro que esto me ayuda en el próximo Major. Espero estar a la altura”, sentenció el español.
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