El escocés se fue hasta el diez bajo par después de una ronda impoluta y se quedó muy cerca del registro de Oliver Wilson de hace dos años
La Armada lo intentó de todas las maneras posibles, pero cualquier intento por destacar en esta primera jornada sobre la hierba del Dom Pedro Victoria Golf Course quedó en saco roto por culpa del escocés Liam Johnston (61 golpes, -10), que dio una auténtica exhibición durante los 18 hoyos después de acumular diez birdies sin errores para irse hasta el diez bajo par total y comandar con todo merecimiento un podio en el que le acompañaron el francés Julien Guerrier (62 golpes -9) y el inglés Laurie Canter (64 golpes, -7), todos ellos con vueltas inmaculadas.
Para encontrar al primer español en la lista hemos de bajar al Top 21, donde se encuentra un Jorge Campillo (68 golpes, -3) que esta semana puede sellar su vuelta entre los cien mejores jugadores del planeta. El cacereño, que comenzó el día con buen ritmo gracias a tres birdies y a un bogey en las cinco primeras banderas, encontró en el 10 un nuevo impedimento en forma de bogey. Sin embargo, tres nuevos aciertos en el 11, el 16 y el 17 y un bogey en el 18 le permitieron firmar una cartulina con tres golpes por debajo del par y situarse a sólo un impacto del Top 10.
Aunque no ha sido el único deportista nacional en finalizar su primera vuelta sobre el campo con guarismos negativos. Y es que Pablo Larrazábal (69 golpes, -2), Alejandro Cañizares (70 golpes, -1), Emilio Cuartero (70 golpes, -1) y Sebastián García Rodríguez (70 golpes, -1), en el T29 y el T48, respectivamente, también gozarán de ventaja a la hora de pelear por un puesto el fin de semana. Dos rondas finales de las que de momento se quedan fuera Gonzalo Fernández-Castaño (71 golpes, Par) y Nacho Elvira (71 golpes, Par), ambos después de sellar las tablas con el campo.
Carlos Pigem (72 golpes, +1), José María Olazábal (73 golpes, +2), Álvaro Quirós (73 golpes, +2) y Eduardo de la Riva (74 golpes, +3) necesitarán una buena ronda el viernes y, de momento, se volverían a casa con las manos vacías.
