Cuatro se quedan, dos se van. Este es el balance de la Armada tras la disputa de la segunda jornada del Alfred Dunhill Championship sobre la hierba de Leopard Creek. Un día que, aunque presagiaba una mayor suerte para los nuestros -al menos para Gonzalo Fernández-Castaño (79 golpes, +6)- sirve para espantar de un plumazo los fantasmas que se cernían sobre los españoles en las dos últimas semanas. Ahora bien, también cabe decir que entre los nacionales que todavía quedan en el torneo mucho tendría que cambiar la película para que les viéramos pelear por el podio de esta última prueba del European Tour en 2018.
Y es que tanto Pablo Larrazábal (73 golpes, -2) como Alejandro Cañizares (67 golpes, -2), nuestras dos puntas de lanza en estos momentos, se hayan enclavados en el Top 26, a cinco impactos del Top 3. Aunque los dos llegan tras un día bien diferenciado en el campo. El catalán se fue por encima del par después de una ronda en la que pagó caro el doblebogey del 14 y el bogey en el 18, mientras que el madrileño tuvo un día de campanillas para despedirse de los segundos 18 hoyos con seis birdies por solo un bogey.
No obstante los dos se quedan lejos de los números presentados por los escoceses Marc Warren (67 golpes, -7) y Scott Jamieson (66 golpes, -7) y del estadounidense David Lipsky (66 golpes, -8), que se ha aupado a lo más alto después de solo conocer el bogey en una ocasión llegado el ecuador del evento. Los que también estarán el fin de semana en el campo sudafricano a pesar de haber entregado tarjetas por encima del par serán Adri Arnaus (73 golpes, -1) y David Borda (74 golpes, +2), que tratarán de mejorar su posición desde el turno sabatino.
No pueden decir lo mismo el comentado Gonzalo Fernández-Castaño -cuajó un día para olvidar con un triplebogey y un doblebogey incluido- e Iván Cantero (74 golpes, +7), que hacen las maletas antes de tiempo.