Bubba Watson ama el rosa. Pero observando los cañonazos del estadounidense en el Doral lo único verdaderamente dulce de este golfista es su adicción a ese color que lleva en el ‘driver’ y el punto exacto de máximo contacto. La exhibición de este enorme pegador de 33 años -líder en esa faceta del PGA Tour- fue asombrosa en la segunda vuelta del Cadillac Championship.
Con casi 300 metros de media con ese ‘drive’ rosado (líder de distancia), unido a los 23 ‘putts’, Watson domina el segundo torneo de la serie de los Mundiales tras un vueltón de quitar el hipo: 62 golpes (-10), que iguala su mejor vuelta como profesional (2ª ronda del Bob Hope Classic en 2010) y a uno del récord del Blue Monster de Miami.
Por cada ‘drive’ que pegue Watson y supere las 300 yardas, Ping, su marca, donará 300 dólares para su Fundación hasta cerrar el millón: «Bubba & Friends Drive to a Million». En el Doral, la barrera está más cerca.
Watson comanda la tabla con -12, un golpe mejor y por delante del inglés Justin Rose (64), segundo.
Bubba Watson silenció a base de estallidos con su ‘driver’ todo cuanto sucedió hoy en el Doral, salvo la llamada a la puerta de Tiger Woods con sus 67 libre de ‘bogeys’, aunque todavía a siete de la cabeza del torneo, y las buenas tarjetas de los tres primeros del ránking mundial, Rory McIlroy (69), Luke Donald (68) y Lee Westwood (67) .
Los españoles apenas hicieron ruido entre estallido y estallido de Bubba. El pegador Watson lo ensordeció casi todo, con una vuelta salpicada con 9 ‘birdies’, un ‘eagle’ y un solo error.
Miguel Ángel Jiménez (71) y Álvaro Quirós (74) cedieron terreno notablemente; Gonzalo Fernández-Castaño mejoró con 70 golpes, igual que Rafa Cabrera-Bello (70); Pablo Larrazábal se fue a 73 y Sergio García (74) no acaban de adaptase al campo.
El mejor es Jiménez, en el puesto vigésimo primero y tras descender dieciséis escalones. Entre él y el líder hay un mundo de 8 golpes.
Phil Mickelson estuvo discreto con 71 golpes y cuidado con Tiger que avanza: hoy fue quinto en ‘greens’ en regulación, atrapó 14 calles y necesitó solo 28 ‘putts’ y sin ‘bogeys’. «El Tigre» llama a la puerta.