El alemán pecó de la falta de costumbre en estas lides y se vio sorprendido por la efectividad del americano, que sumó ocho birdies sin errores
Lo tuvo durante muchos minutos al alcance de la mano, pero con el paso de las horas el torneo se le acabó haciendo muy largo a un Martin Kaymer (72 golpes, -15) que acusó la falta de práctica en esta suerte de disputarse un campeonato desde el partido estelar. Y es que si hace unas horas les hablábamos de que el alemán tan solo había firmado tres bogeys en las 54 primeras banderas, en los diez últimos hoyos ha acabado anotándose cuatro errores para enterrar cualquier opción de volver a verle levantar un trofeo en los Estados Unidos.
El teutón no había podido escoger un mejor escenario que este Muirfield Village para volver de entre los desaparecidos. De hecho, un juego a la altura del de comienzos de década le había permitido arrancar esta cuarta manga dos golpes por delante de Adam Scott (68 golpes, -17). Parecía que el australiano iba a ser su gran rival en la pugna por mantener el primer puesto, pero su obsesión por controlar al aussie acabó jugando a favor de obra para Patrick Cantlay (64 golpes, -19), quien se aprovechó de la ausencia de focos en esta cuarta jornada para sellar poco a poco una ronda majestuosa.
Hasta ocho birdies sin errores consiguió el norteamericano para encaramarse a lo más alto y poner en su vitrina el segundo triunfo histórico en la gira -el primero llegó en el Shriners Hospitals for Children Open de 2017, donde dejó por el camino a otro alemán como Alex Cejka-. Rozando el noventa por ciento de greenes en regulación y sumando en los alrededores de bandera casi tres golpes menos que la media de los jugadores, Cantlay dejó claro que los problemas físicos que ha arrastrado en los últimos tiempos parecen quedar atrás en un torneo con una gran presencia de estrellas en el Top 10 como Jordan Spieth (73 golpes, -10) o Tiger Woods (67 golpes, -9).
Rafa Cabrera-Bello (70 golpes, -1), único español esta semana en el torneo del PGA Tour, ha conseguido despedirse con un buen sabor de boca después de volver a ganarle la partida al complejo de Ohio gracias a un eagle y tres birdies para firmar el bajo par global y despedirse con un meritorio Top 41 después de una semana nada fácil.
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