Costó mucho. Muchísimo. Pero por fin tenemos vencedor en el Shriners Hospitals for Children Open que se disputó desde el pasado jueves sobre la hierba del TPC Summerlin de Nevada. Y es que después de lo visto este domingo a muchos nos dio la sensación de que nadie parecía querer la victoria. En cuanto alguien se asomaba, rehusaba de ella con total impunidad, dejándole la papeleta al que viniera por detrás hasta que al norteamericano Patrick Cantlay (67 golpes, -9) no le quedó más remedio que aprovechar las facilidades de sus rivales para sumar su primer triunfo en el PGA Tour en el segundo hoyo de desempate.
Una muerte súbita que, llegada la parte final de torneo, nadie vislumbraba. Más que nada porque JJ Spaun (74 golpes, -6) marchaba con dos golpes de ventaja a falta de cuatro hoyos para la finalización del torneo -par 5 sencillo incluido-. Pero desconocemos si los nervios, la mala fortuna o un cortocircuito llevó al norteamericano a cometer un bogey y dos doblebogeys en esta parte final para decir adiós al campeonato y dejar el evento en manos de tres.
Por una parte el mencionado Cantlay; por otra el alemán Alex Cejka (63 golpes, -9), quien entregó la mejor vuelta del día y le tocó esperar más de dos horas a que el resto de competidores finalizaran sus vueltas y, por último, el surcoreano Whee Kim (66 golpes, -9), que volvió a la zona noble después de dos jornadas desaparecido en combate.
Los tres se citaron en un PlayOff a cara de perro que tenía visos de un combate de poder a poder para ver quién conseguía más birdies. Nada más lejos de la realidad. En la primera vez que se enfrentaron al 18 todos salieron con el bogey y en la segunda solo un par del estadounidense le permitió imponerse al doblebogey del asiático y al bogey del europeo. Un triunfo más que merecido que le permite reservarse los derechos de juego en el mejor circuito del planeta de cara a los próximos años.
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