Carlota Ciganda salió como un ciclón, tuteó al campo -bogey para ti en el 2, birdie para mí en el 3- antes de introducirse por un túnel de destino catastrófico. Cinco bogeys en siete hoyos constituían un balance desolador. En una situación sumamente comprometida, con riesgo evidente de concluir su vuelta en la UCI, la navarra aplicó como antídoto lo que tantas veces le ha funcionado: capacidad de reacción.
“Lo doy todo, lucho hasta el final. Jugar por España, jugar por algo más grande que tú, me anima”, citaba con los ojos relucientes de emoción al comprobar que el revulsivo había surtido efecto, tres birdies en los cinco últimos hoyos que le dan mucho oxígeno de cara a todo lo que resta de competición.
Estas fueron sus declaraciones al término de la vuelta:
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