Anne Van Dam ha vuelto a convertir su paso por el Mediterranean Ladies Open en una reafirmación de poder absoluto propio y laminación de aspiraciones ajenas. La jugadora holandesa, por tercera vez consecutiva, ha dejado bien claro quién manda en este torneo profesional que concentra espectáculo y excelentes vibraciones a manos llenas, a falta ya de 18 hoyos para la conclusión.
En la tercera jornada fueron muchas las golfistas que realizaron propuestas auténticamente demoledoras -nueve bajo par de la sueca Caroline Hedwall, ocho bajo par de Carlota Ciganda, siete bajo par de la sudafricana Ashleigh Buhai, siete bajo par de la sorprendente amateur coreana Selin Hyun– que en otro tipo de situaciones hubiesen tenido consecuencias visibles en la clasificación general.
No obstante, esta vez, en el bello recorrido del Club de Golf Terramar de Sitges, los efectos fueron simplemente inexistentes ante el instinto aniquilador de Anne Van Dam, y es que la holandesa, una auténtica apisonadora, volvió a acabar en la casa club rodeada de admiraciones, el sentimiento generalizado ante quien convirtió de nuevo su vuelta en una continua relación con el acierto.
Para evitar posibles suspicacias y muestras de supuestas debilidades, Anne Van Dam rubricó en el primer hoyo un eagle, tres golpes en el par 5 inicial, justo el punto donde Carmen Alonso, tan bien situada al inicio de la ronda, en la segunda plaza, se adentró en su calvario particular.
La vallisoletana, un ciclón en las dos primeras jornadas, no encontró el camino para repetir acciones tan brillantes, encontrándose en su trayectoria, a las primeras de cambio, con árboles y bunkers que la hicieron retroceder posiciones en un torneo donde hacer birdies, además en gran cantidad, es condición indispensable para mantenerse en las posiciones de privilegio.
Anne Van Dam, a lo suyo, siguió arañando golpes al campo en los hoyos 6, 8, 10, 13… hasta entregar una tarjeta de 65 golpes, un auténtico martirio chino incluso para sus competidoras más avezadas, instaladas en una perfección que sin embargo no rendía frutos.
Le ocurrió a la sueca Caroline Hedwall, segunda clasificada tras anotar un sorprendente 9 bajo par sin fallo, con 5 birdies consecutivos, e igualar la estratosférica tarjeta de Celine Herbin de la primera ronda. Y también le ocurrió a Carlota Ciganda, cuyos 63 maravillosos golpes le auparon hasta la octava plaza.
La navarra, espectacular, ofreció un recital de enorme escala a sus multitudinarios seguidores, completando asimismo la vuelta sin fallo. “Esta vez han entrado los putts y se ha hecho palpable en la tarjeta final, pero será difícil, porque Anne (Van Dam) está tan lejos…”, decía con sinceridad Carlota Ciganda.
Quedaba todavía media jornada y la esperanza, con 9 hoyos por delante, de que la holandesa se topase con algún error que pudiera indicar algún posible desfallecimiento, una ilusión inconclusa porque parece muy claro que Anne Van Dam, cual martillo pilón, quiere acaparar este Mediterranean Ladies Open.