Ya les hablamos hace unas cuantas semanas de las bondades del Cactus Tour para muchas jugadores de la LPGA que necesitan seguir poniendo a tono su swing con vistas a llegar en las mejores condiciones al 23 de julio, cuando está previsto que se reanude la gira femenina americana con la disputa del Marathon Classic. Después de todo, cuando esto ocurra habrán pasado más de cinco meses desde que viviéramos el último torneo en el Tour: un Australian Open que se acabó adjudicando la surcoreana Inbee Park.
Tras esto, la mini gira asiática tuvo que suspenderse por culpa de las primeras noticias acerca del coronavirus… Hasta hoy. En definitiva: no hay jugador que pueda conservar el nivel competitivo pasando las semanas tan sólo entrenando los diferentes tipos de golpes. Esto lo sabe muy bien Carlota Ciganda, que ya consiguió vencer a finales del mes de febrero en el Morongo GC del Cactus Tour y que hace unos días volvió a repetir gesta en la Dallas Cup Series para demostrar que su hambre de triunfos sigue a tope.
La pamplonica, con una bolsa total de premios de 13820 dólares -como comprobarán, el cheque en esta ocasión es lo de menos- dio toda una exhibición sobre el Alta Mesa CC de Arizona para aventajar en seis impactos a sus competidoras y llevarse así los 4200 dólares reservados a la campeona. La deportista navarra, que empezó el campeonato con una vuelta en la que firmó los 71 golpes, fue completamente de menos a más hasta el punto de entregar tarjetas de 66 y 65 impactos en la segunda y tercera ronda, respectivamente.
Con ellos logró aventajar en media docena de golpes a la amateur Amari Avery, en siete a Mina Harigae y a la alemana Sophia Popov y a partir de una docena al resto de las jugadoras. Unos datos que nos sirven para comprobar que Carlota no se anda con tonterías.