Si había alguien en los últimos tiempos que llevaba mereciéndose una victoria en el PGA Tour, ese era sin lugar a dudas Chris Kirk. El estadounidense, que lidió durante muchos meses con serios problemas de salud, consiguió dos podios consecutivos a comienzos de año tanto en el Sony Open como en el American Express, pero necesitaba un torneo como el llevado a cabo esta semana sobre la hierba del PGA National. Y es que, después de casi ocho años en blanco, el deportista de las barras y estrellas volvió a alzarse con un título en la gira más prestigiosa del mundo.
Lo logró tras una cuarta ronda de mucho tira y afloja en la que vio reducida su ventaja hasta el punto de que su compatriota Eric Cole le llegó a apear del liderato. Por fortuna para él, un birdie en el 16 le dio la posibilidad de adentrarse en la muerte súbita a pesar de que un disparo al agua en el 18 lo dejó muy cerca de quedarse sin premio. “Estaba muy nervioso después de tanto tiempo alejado de las victorias”, reconoció en la rueda de prensa posterior. “Lo del hoyo 72 fue un mal swing en el momento equivocado. Gracias a dios, no me tuve que acordar mucho de él”, aclaró.
Y la razón fue que en el PlayOff de desempate en esta misma bandera el deportista de Knoxville conectó un tercer golpe con el que estuvo a punto de introducir la bola en el hoyo desde fuera del green. A partir de aquí, un putt sencillo y un error de Cole le acabaron dando el quinto título de su carrera en la gira más prestigiosa del planeta. “Tengo mucho por lo que estar agradecido a día de hoy. En especial, a mi sobriedad. En este punto le tengo que dar las gracias tanto a mi familia como a todos los que me han apoyado durante este proceso los últimos tres o cuatro años”, sentenció.
No es para menos. Kirk ha subido al puesto 32 del ranking y ya se encuentra en posición de volver a formar parte de los mejores torneos de este deporte.
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— PGA TOUR (@PGATOUR) February 27, 2023