Muy buenas a tod@s una semana más.
Hemos vuelto a hacer otro gran torneo en el Asian Tour, en esta ocasión fue en Corea del Sur, el Volvik Hildesheim Open. Ha sido una semana larga y no tan cómoda como otras, aunque por el resultado final mereció la pena el sacrificio.
Los tres primeros días hice un buen trabajo sin llegar a desplegar un gran juego. Firmé vueltas de 69, 70 y 69 para un total de -8 y salir la cuarta jornada co-liderando el torneo, con 5 jugadores más. A un golpe había otros 6 jugadores, y a dos otros 4, por lo que la cosa no podía estar más apretada. Una buena vuelta te podía dar la victoria, pero una mala te podría llevar muy lejos de la cabeza, caso que le sucedió a uno de los co-líderes, el brasileño Adison Da Silva, que firmó +4 y se marchó al puesto 22º.
La cuarta jornada no pudo empezar mucho peor para mí, bogeys al 1 y al 3, y dos pares cinco no aprovechados al 2 y al 4. Pensé que no iba a ser mi día, pero había mucho en juego y seguí muy concentrado. Seguramente en ese momento estaba ya fuera del top-20, pero lo que tenía claro es que quedaba mucha tela que cortar. Hice birdies al 7, 10, 11, 13 y 14. Ya estaba a uno del leader (Lee). El birdie del 15 pasó muy cerca del hoyo. Iba en el fondo tranquilo, era una situación que me gustaba, con el nutrido público que casi en contra, ya que el Lee iba en mi partido y las ovaciones que a él le dedicaban no tenían nada que ver con las mías, pero estaba a gusto. ¡Era divertido!
No sé qué me pasó, pero hice un swing muy acelerado y descoordinado con el driver en el 16 y la mandé al agua de la izquierda. Quizás me relaje en exceso y fui a apretarla, porque era un par cinco que con un driver largo la iba a llegar de dos incluso con hierro porque el viento ayudaba, y el leader que iba muy recto pero corto, no iba a llegar de ninguna manera de 2 golpes, y quise meterle presión de ese modo. Aún así él me abrió la puerta cuando falló su putt de birdie, pero yo fallé el mío de dos metros para salvar el par después de dropar. Una pena.
Aún así no bajé los brazos y pegué hierrazo 6 por encima de la bandera al 17, par 3, pero me pasé ocho metros con piano por medio, la opción de birdie era complicada. El viento estaba racheado, yo vi que Lee jugó el hierro 4 y se quedó corto de green, me extrañó mucho ver que yo hice unos 25 metros más que él con dos palos menos.
Al 18 buen driver a calle. Lee la dejó corta de green de segundo, yo tenía que hacer el birdie y meterle la presión de salvar el par. Pegué de segundo mi wedge de 52º, eran los metros exactos, hice un contacto muy sólido, nada más verla salir eché a andar hacia delante mientras la bola iba directa al agujero. Cuando la bola aterrizó en green me extrañó que nadie aplaudiera, porque estaba convencido de que la iba a dejar a menos de metro y medio. Pero me pasé de nuevo la bandera unos 9 metros y me dejé un putt muy cuesta abajo y rápido. No me guardé nada y la tiré sin miedo, pero me pasé casi 3 metros. Curiosamente ese green parecía un cristal, mientras que el resto de greenes estaban lentísimos. Por séptima vez en el torneo tres putts. Muy mal sabor de boca, pero fue una bonita batalla.
Esta vez salió cruz, pero cada vez me siento un jugador más sólido. Las victorias vendrán solas.
Ha sido una semana larga porque la gente en Corea no suele habla inglés, al menos el 98% de los que nos encontramos. Para pedir cualquier cosa para comer o resolver cualquier imprevisto nos las hemos visto y deseado. Luego la comida del golf era coreana, no tenían un simple plato de spaghettis o arroz… muy mal previsto por parte del circuito coreano, que organizaba el torneo. Las condiciones del campo han sido muy malas, hierba muy alta tanto en calles como greenes y tees de salida. Por tanto, greenes lentísimos, golpes desde calle que a veces eran incontrolables porque la hierba era grama y la bola salía loca… (Como mi segundo golpe del hoyo 18 del domingo).
La zona de entrenamiento era pésima, sólo tenían un putting green ¡sin hoyos!, esto no lo había visto en mi vida. Utilizábamos un tee o la funda del putter en forma de objetivo, ¡sin comentarios!
La organización del torneo nos recomendó el hotel oficial que estaba a 30 minutos en bús, que bueno, era aceptable, pero luego tenías que montarte en otro autobús desde el campo de golf para ir a una cancha de prácticas que tardabas en llegar ¡20 minutos más! Una cancha de esterillas y bolas malas… no es lo habitual en un torneo de profesionales de la categoría del Asian Tour. Pero bueno, era lo que tocaba y punto.
No todo ha sido malo en Corea. También he visto una cultura de golf que me ha sorprendido. Hoy en día me cuesta verla en España. Mucho público asistió a ver el torneo, los cuatro días, pero sobre todo el domingo. Tuve la suerte de jugar con el campeón y sentir la presión de esa masa de gente que respetaba y vitoreaba a los jugadores de golf profesionales que estábamos en el campo. Cuando terminamos de jugar, eran los adultos los que se acercaban a hacerse fotos con nosotros y a pedirnos autógrafos. Ha sido una experiencia inolvidable en este aspecto. Sin duda volveré a Corea a jugar torneos.
Después de estas dos semanas he conseguido ascender al puesto 28º de la orden de mérito del Asian Tour. Cada vez estoy más cerca de mantener la tarjeta, que como sabréis o no, son los 60 primeros del ranking.
También ahora soy el 2º del re-rank, esto quiere decir que en noviembre tengo muchas opciones de participar en dos grandes torneos compartidos con el European Tour, como el Barclays Singapore Open y el Hong Kong Open.
El trabajo, el sacrificio y la ilusión de cumplir mis sueños están poco a poco dando sus frutos.
Un abrazo y gracias por estar ahí.
Autor: Javi Colomo, Profesional de Golf
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