Lo tuvo durante muchos minutos al alcance de la mano, pero Bernhard Langer (67 golpes, -14), como suele decirse en el argot del ciclismo, se dejó ir. Y un torneo en el que lo tenía prácticamente todo controlado se le acabó escapando por culpa de la enorme terquedad de un Colin Montgomerie (63 golpes, -14) que hizo historia al conseguir la vuelta más baja de la historia del Invesco QQQ Championship y pasar de ocupar el octavo escalón del Top 10 a llevarse un evento que lo sitúa a estas alturas cuarto en la Schwab Cup y con todas las opciones para poder atacar la próxima semana la Orden del Mérito en el evento final.
Y eso que la vuelta del jugador alemán tuvo grandes dosis de brillantez -acabó entregando una cartulina con cinco birdies sin errores-, pero cuando todo parecía un paseo militar para el germano -tan sólo tenía que conseguir un birdie más en los cuatro hoyos que le restaban desde que logró el último acierto- todo se le vino encima. Cuatro pares consecutivos le obligaron a disputar un PlayOff para el que no estaba anímicamente preparado. Y aquí es donde el jugador escocés aprovechó su oportunidad.
El británico, completamente enchufado tras una vuelta primorosa con un eagle y siete birdies sin fallos aprovechó el viento a favor y un par le sobró para dar por sentenciado un campeonato al que llegaba sin apenas opciones al domingo y, dicho sea de paso, sumar la séptima victoria del Champions Tour en su palmarés. Un triunfo por el que también peleó hasta última hora un Miguel Ángel Jiménez (69 golpes, -11) que, si bien es cierto comenzó la semana ocupando la primera posición tras los primeros 18 hoyos, terminó deslizándose en la tabla hasta ocupar el quinto lugar.
Una vuelta con cuatro birdies y un sólo error -pagó en exceso el tardío arranque de domingo- le acabó dejando a tres golpes del ganador. Eso sí, que nadie dé a Miguel por vencido en la Charles Schwab Cup, pues a buen seguro que en siete días todo será diferente.