Era un momento complicado en el día. Con la bola de Joaquín Niemann en el green, Kevin Na se veía obligado a ejecutar a las mil maravillas este chip para no dejar la puerta abierta con la que el chileno forzara el PlayOff. Y lo cierto es que el estadounidense llevó a cabo el golpe con total maestría. Un suave toque deslizó la bola sobre el tapete del green del 18 y la acabó dejando a un par de palmos del agujero. Objetivo conseguido. Na había logrado mantener a raya a sus rivales y al mismo tiempo anotarse un triunfo de prestigio en el PGA Tour, el quinto de su carrera.