El estadounidense celebró por todo lo alto el putt conseguido después un día en el que parecía que el triunfo se le escapaba entre los dedos
Parecía que el torneo estaba condenado a tener un tercer hoyo de desempate. Sin embargo, Charles Howell III se sacó de la chistera un estratosférico putt para dar carpetazo definitivo al RSM Classic y volver a situar su nombre entre los ganadores de un evento en el PGA Tour después de más de una década de sequía. Sus gestos al embocar el puro desde casi siete metros de distancia lo dicen todo: vencer y encima hacerlo en casa, ¿qué más se puede pedir?






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