Hay jugadores que de una manera o de otra quedan marcados para siempre por un torneo. Parece ser el caso de Corey Conners (68 golpes, -15), que ha vuelto a sumar un triunfo en el Valero Texas Open -como ya lo hiciera en 2019– después de que este domingo se saliera con la suya en esa lucha que mantuvo con el estadounidense Patrick Rodgers por salir campeón sobre la hierba del TPC San Antonio. Un triunfo de mucho mérito, pero que no pudo celebrar hasta los instantes finales después de que sus rivales le pusieran las cosas muy complicadas durante los 18 últimos hoyos del campeonato.
El canadiense hizo lo que tenía que hacer en todo momento, consciente de que un día en el que pudiera evitar los errores podría facilitarle el hecho de situarse en las primeras posiciones. Fue así como el deportista de Ontario sumó hasta cuatro birdies sin fallos en la jornada dominical, lo que tuvo dos consecuencias fundamentales: una, superar a Rodgers en la clasificación; y dos, dejar sin dueño el último billete al Masters de Augusta, ya que estaba clasificado. Sam Stevens fue segundo con 66 golpes (-14).
El también norteamericano lo luchó en todo momento con una de las cartulinas más atinadas de entre todos los que integraron la zona noble de la clasificación. Dos eagles, cinco birdies y tres bogeys fueron los números de Stevens. Completaron el podio al alimón los también norteamericanos Sam Ryder (66 golpes, -13) y Matt Kuchar (68 golpes, -13) que, a pesar de los intentos por acercarse al liderato, tuvo que conformarse con tocar el Top 3.
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