Nunca nos cansaremos de hablar de la dureza mental de un deporte como el Golf. Ya seas profesional o amateur, este juego es capaz de sacar lo mejor y lo peor de uno mismo partiendo desde el cerebro como centro de operaciones. Y si no que se lo digan a Danny Willett, que hace unas horas vivió uno de los momentos más tensos de los últimos años después de que en la bandera final del Fortinet Championship tripateara a un metro de distancia para perder el campeonato cuando lo tenía todo a su favor.
Una acción que coronó casi por sorpresa sobre la hierba del Silverado Resort de Napa a un Max Homa que, de esta manera, logró defender con éxito el título conseguido en esta misma superficie doce meses atrás. Un final macabro para el británico que, sin embargo, lo asumía con naturalidad al ser preguntado por los medios poco después de firmar su cartulina: “Es una pena cómo terminé, pero así es el Golf. Mañana volverá a salir el sol y tendré otra oportunidad de seguir mejorando”, confesó el europeo, que sigue contando con el Masters de 2018 como su único triunfo en Estados Unidos.
“Analizando cómo han sido esos últimos minutos, puedo afirmar sin miedo a equivocarme que el primero de los dos putts lo golpeé demasiado fuerte. En cuanto al segundo, pensé que era más recto de lo que realmente era. Es una manera decepcionante para terminar un torneo que había sido bueno en términos generales. Sin embargo, para ser el primer campeonato de la temporada, las cosas van por buen camino. Todo lo que puedo decir es que viviremos para seguir peleando”, sentenció Willett.
Homa, por su parte, seguía sin saber lo que acababa de vivir una vez levantó el trofeo que lo acreditaba como campeón: “Ha sido una locura. No sé realmente qué paso, lo digo de verdad”, señaló el americano, que se lleva el honor -al igual que ocurriera hace un año- de estrenar el casillero de victorias en el curso.
All he does is win ?
Good vibes for @MaxHoma23 heading to @PresidentsCup. pic.twitter.com/QPmtQfyo3o
— PGA TOUR (@PGATOUR) September 19, 2022