A pesar de que muchos tomaron el duelo estelar como una oportunidad para que Scottie Scheffler (71 golpes, -9) pudiera volver a pelear por un nuevo triunfo en el presente curso del PGA Tour, lo cierto es que las últimas horas del Charles Schwab Challenge distaron mucho de contener la alegría que debiera producir en condiciones normales una ronda final sobre la hierba de un complejo histórico como es el Colonial Country Club de Fort Worth (Texas).
La repentina y trágica muerte de Grayson Murray dio paso a toda una ola de solidaridad en el circuito americano, que dedicó un emotivo homenaje a la figura de un jugador que el presente año había logrado salir victorioso del Sony Open. Los lazos blancos y rojos en honor a los Carolina Hurricanes fueron un pequeño pero sincero recuerdo a un golfista que nunca se sintió parte de los focos, ni siquiera del glamour y la atención que rodea diariamente al PGA Tour. Y decidió marcharse de puntillas, sin hacer ruido.
La gira estadounidense, engullida por ese ritmo narcisista que otorga la fugaz importancia de su espectáculo y los acuerdos económicos asociados, decidió que el show debía continuar. Poco importaron las caras largas de sus compañeros -algunos de los cuales compartieron ronda con Murray tanto el jueves como el viernes-, ni siquiera la fragilidad emotiva que podía respirarse en el campo. Seguro que a Davis Riley (70 golpes, -14) le hubiese gustado estrenar su vitrina de títulos individuales de otro modo, pero tampoco pudo elegir.
El de Mississippi hizo su trabajo, culminando un domingo en el que selló una cartulina con cuatro aciertos y otros tantos errores con los que acabó aventajando en cinco impactos tanto a Keegan Bradley (67 golpes, -9) como al citado Scheffler. Todo ello mientras Tosti (73 golpes, -2) acabó perdiendo fuelle para situarse en el Top 17.
The winning moment for Davis Riley ?
He seals the deal @CSChallengeFW. pic.twitter.com/f4YDBgLHdY
— PGA TOUR (@PGATOUR) May 26, 2024