Tras las lágrimas en la rueda de prensa del WGC-Match Play y los momentos de angustia posteriores esperando los resultados sobre la delicada operación a la que debía de hacer frente su madre, Jason Day vuelve a sonreír sobre un campo de Golf. El exnúmero 1 del mundo ha vuelto a salir a la luz después del mal sabor de boca que dejó su retirada en Austin para agradecer el apoyo recibido por los aficionados, a la vez que manifestaba su satisfacción por la intervención quirúrgica y confirmaba que estará el próximo jueves sobre el tee del 1 del Augusta National.
“Por primera vez desde hace aproximadamente un mes y medio estoy feliz pisando un campo”, comentó el jugador oceánico al PGA Tour. “Ha sido muy difícil pensar en el juego teniendo una situación personal tan delicada. Por suerte, creo que las cosas están empezando a ser más amables y será genial volver para jugar en Augusta”, afirmó el actual número 3 del mundo. Dicho y hecho. Day volvió a coger los palos este mismo lunes para disputar su primera ronda de prácticas sobre el terreno, concienciado de que una victoria en el primer Major de la temporada sería balsámica después del mal trago por el que está pasando debido a la enfermedad de una de las personas más importantes de su vida.
“Obviamente, todavía hay que esperar a la quimioterapia, pero todo está saliendo según lo planeado”, sentenció el australiano, que a partir de este jueves tendrá la oportunidad de pelear de nuevo por la Chaqueta Verde, un galardón que se le resiste después de sumar un subcampeonato en 2011, un tercer puesto en 2013 y un nuevo Top 10 durante la pasada temporada, cuando unos nefastos últimos nueve hoyos –triplebogey incluido- le impidieron estar al acecho de Spieth y de Danny Willett, ganador final.