Él se lo guisó y él se lo comió. En apenas tres cuartos de hora Bryson DeChambeau (71 golpes, -15) pasó de villano a héroe en un torneo que tuvo de todo en su finalización: grandes rondas, emoción y hasta un PlayOff. De hecho, llegada la muerte súbita pocos apostaban por la victoria del californiano, que venía de cometer un bogey en el 18 que le impidió cerrar el torneo mucho antes. Pero el estadounidense sacó fuerzas de donde no las había para imponerse en la segunda bandera de la reanudación y sumar su segunda victoria en el mejor circuito del planeta.
Se las prometía muy felices DeChambeau tras las doce primeras banderas. Hasta ese momento, el norteamericano acumulaba tres birdies sin error y se dirigía sin ningún tipo de dudas hacia el triunfo. Pero entonces llegaron los nervios, las dudas y los errores. A Bryson se le empezaron a encoger las muñecas y los fallos fueron llegando. El primero, en el 14, tras no ser capaz de llevar la bola al agujero desde poco más de tres metros; el segundo, en el 18, tras tripatear cuando todo el mundo daba por hecha la victoria.
El Golf es duro… DeChambeau casi se queda sin trofeo y 1,6M$ tras fallar un putt desde 2m.
Una victoria que, sin embargo, llegó poco tiempo después tras deshacerse de Kyle Stanley (70 golpes, -15) -aguantó solo la primera bandera tras firmar un bogey- y del surcoreano Byeong Hun An (69 golpes, -15), al que envió para casa tras un birdie desde una distancia muy parecida con la que había tropezado solo unos minutos antes. El de Modesto se lleva así su segundo galardón en el PGA Tour tras el John Deere del curso pasado y ha puesto rumbo al cuarto escalón de la FedEx Cup.
Tiger Woods (72 golpes, -9), que hasta hace 24 horas luchó por la victoria en este Memorial, tuvo que conformarse con el T23 después de finalizar al par del campo en la ronda dominical tras tres birdies y otros tantos bogeys.
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