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El jugador de Florida sentenció por la vía rápida una descafeinada jornada final. Foto: @PGATour
Qué fácil es jugar cuando todo viene de cara. Esta es la sensación que debe tener en estos momentos Bryson DeChambeau (69 golpes, -18), que se ha hecho con el triunfo en el Northern Trust después de un día en el que simplemente tuvo que esperar a que sus rivales fueran cayendo poco a poco para, con un dos bajo par el domingo, llevarse a casa la segunda victoria del año en el PGA Tour -había vencido a comienzos de junio en el Memorial– con la que se mete de lleno en la carrera por la FedEx.
Un entorchado sobre la hierba del Ridgewood CC que se vio venir desde las pimeras banderas del día, momento en el que sendos birdies del jugador de Florida le colocaron con seis de ventaja sobre su inmediado perseguidor Keegan Bradley (78 golpes, -5), quien compartió con él el último encuentro del torneo. Ventaja que fue aumentando paulatinamente a medida que su compatriota iba liándose en sus primeros nueve hoyos.
Y es que en las mismas banderas donde en la jornada del movimiento sumó cuatro birdies sin error, este domingo finalizó con solo un birdie, cuatro bogeys y dos doblebogeys para un +7 total que le dejó fuera de la carrera por el triunfo de una forma más que clara -de hecho, finalizó su participación en el T34-. Esto le permitió a otro estadounidense como Tony Finau (68 golpes, -14) subirse al segundo escalón del podio gracias a una vuelta en la que cuatro birdies y un bogey fueron suficientes para alcanzar el subcampeonato en solitario.
Mientras tanto DeChambeau a lo suyo. Intentando que la desbarajustada vuelta de su compañero de juego no le influyera en exceso y sellando un par tras otro que solo interrumpió con dos aciertos en el 12 y el 13 que contrarestaron los fallos en el 3 y en el 9. Una victoria de prestigio que le deja abiertas de par en par las puertas de la Ryder Cup de París.
En cambio Rafa Cabrera-Bello (68 golpes, -1) ve reducidas sus posibilidades de entrar en la cita francesa después de finalizar en el Top 60 tras una ajetreada vuelta en la que sumó seis birdies y cometió tres fallos. Así pues, en el caso de que el grancanario no dé un vuelco a su lista de prioridades y se presente en el Made in Denmark, no le quedará más remedio que esperar, como Sergio, la llamada de Bjorn.
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