Esta es una historia que rinde tributo a una pasión, a un sueño. A un deseo irrefrenable de hacer algo grande en el Golf, lejos de esos momentos entrañables junto a su hermano haciendo diabluras con los palos con YouTube como objetivo. ¿Quién iba a pensar hace escasamente dos años que íbamos a tener al pequeño de los Bryan Brothers levantando un torneo en el circuito más famoso del mundo?
Una carrera meteórica que comenzó con un T9 en la escuela del Web.com a finales de 2015 y que no ha hecho más que ir para arriba. Y es que si la temporada pasada ya sorprendió a propios y a extraños consiguiendo el billete para el PGA antes de tiempo al vencer en tres eventos del segundo circuito estadounidense en su año de rookie, en éste, ya ha escrito su nombre en letras doradas. Y menudo lugar ha elegido para hacerlo: Hilton Head, un clásico del PGA Tour… y en Carolina del Sur, la tierra que le vio nacer.
Wesley Bryan (67 golpes, -13) lo llevaba intentando con ahínco desde hacía varios meses –acumulaba tres Top 10 desde febrero-, pero no ha sido hasta ahora cuando ha dado el paso definitivo en sus aspiraciones por seguir creciendo. Wes, como se ha acostumbrado a que lo llamen, se impuso en el RBC Heritage apareciendo desde atrás en el último día, sin darle tiempo de reacción a sus rivales.
Una primera parte con mucho movimiento en la tarjeta –cuatro birdies y dos bogeys- junto a unos últimos nueve hoyos con dos birdies sin fallos fueron más que suficientes para imponerse al partido estelar que integraban Jason Dufner (76 golpes, -8) y Graham DeLaet (73 golpes, -10) y dar un golpe definitivo al evento, venciendo al inglés Luke Donald (68 golpes, -12) en un apretado final para estrenar su casillero de victorias. Y a buen seguro que no será la última vez que le veamos recogiendo un premio al final de un campeonato. Este es solo el principio.