Es lo que tiene hacer un auténtico temporadón, que al finalizar el curso vas recogiendo los frutos del trabajo bien hecho. Es cierto que el golfista estadounidense perdió una oportunidad de oro la semana pasada cuando, tras ir encabezando el Tour Championship durante las tres primeras jornadas, se desfondó en la última y perdió toda posibilidad de alzarse con el bonus de los diez millones de dólares. Sin embargo, al césar lo que es del césar. DJ ha sumado este 2016 la mejor temporada de toda su carrera y sus tres victorias en el circuito –nunca había firmado tantas en un mismo año- le avalan.
Todo comenzó en junio, cuando venció por aplastamiento en Oakmont para llevarse a sus vitrinas el primer Major y tomarse la revancha de hacía solo 12 meses, cuando un tripatteo en el 18 de Chambers Bay le sirvió el triunfo en bandeja a su compatriota Jordan Spieth. Pero no se quedó aquí la cosa. Victoria también en el WGC-Bridgestone y hace un par de semanas en el BMW Championship, adelantando en tres golpes al inglés Paul Casey.
Estos últimos tres meses le han posibilitado situarse en la segunda posición del ranking mundial, su mejor clasificación histórica después de un año que no había comenzado del todo bien –llegó a situarse noveno en el mes de marzo-. Y lo que es más importante: el reconocimiento de todos los que integran este deporte. De esta manera, el deportista de Columbia fue nombrado el pasado martes como uno de los seis finalistas que optan a llevarse el premio a Mejor Jugador del Año en el PGA Tour, una decisión que conoceremos una vez que finalice la Ryder Cup de Hazeltine.
No obstante, el espigado jugador ya ha visto reconocida su labor esta temporada por parte de otros organismos. Sin ir más lejos, ha sido condecorado con el Trofeo Vardon, el galardón que lleva el nombre del famoso golfista inglés Harry Vardon y que es concedido por la PGA de América al jugador del PGA Tour que haya obtenido el resultado promedio más bajo en un mínimo de 60 partidos en el curso. DJ finalizó con una puntuación de 69,172, unas décimas por debajo de Adam Scott -69,470- y de Jordan Spieth -69,520-. Nada mal para alguien a quien muchos ya estaban crucificando en el mes de abril.