Parecía que el domingo iba a ser coser y cantar para el bueno de Dustin Johnson en China. El jugador de Columbia aventajaba en seis impactos a su compatriota Brooks Koepka y en ocho al inglés Justin Rose, y ya tocaba con las yemas de los dedos su quinto torneo en un 2017 para la historia -hubiese sido el tercer Campeonato del Mundo tras el conquistado en México y el Match Play arrebatado a Jon Rahm en la final-. Pero ya saben cómo es esto del Golf y un día para olvidar lo ha puesto en la picota después de conseguir una “hazaña” para el recuerdo.
DJ se ha convertido en el segundo número 1 de toda la historia que ha desperdiciado una ventaja tan amplia a solo 18 hoyos de la finalización de un torneo, igualado lo conseguido por el australiano Greg Norman en el Masters de Augusta de 1996, cuando perdió el evento a manos de Nick Faldo en una vuelta de infaustos recuerdos para el aussie.
Seis bogeys sin aciertos dejaron en la tarjeta del estadounidense un resultado de 77 impactos, unos números que durante la temporada 2016/2017 solo igualó o superó en dos ocasiones. Sin lugar a dudas el putter fue lo que condenó al deportista de 33 años, como él mismo se encargó de confirmar en la rueda de prensa minutos después de finalizar su vuelta.
“Me sentí bien durante todo el día. Sin embargo, en ningún momento pude poner en marcha mi juego y los putts no entraron. De hecho, no convertí ninguno. Si a esto le sumamos un par de hierros malos en el 14 y el 15 tengo el resultado que me merezco tener, sin más”, sentenció el norteamericano, que vio pasar como un avión al inglés Justin Rose.
El británico convirtió cinco birdies en las siete últimas banderas para reclamar su primer torneo desde que se hiciera con la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Un tiempo de espera que ha merecido la pena.