Pocos apostaban por él tras la jornada sabatina, pero Jason Dufner (68 golpes, -13) dio un golpe sobre la mesa en la parte final del recorrido dominical para, a sus 40 años, llevarse a casa su quinta victoria en el PGA Tour. Y con autoridad, además. Porque el jugador de Cleveland (Ohio), pese a haber sido desterrado de la primera plaza hacía solo unas horas, cuajó un final de campeonato a la altura de las circunstancias, imponiéndose a un buen grupo de compatriotas que no dieron con la tecla en las últimas banderas.
Ni siquiera Rickie Fowler (70 golpes, -10), que entró en los últimos cinco hoyos comandando la tabla después de cuatro birdies en las once primeras tentativas. Y es que cuando casi podía saborear la victoria fue cuando se mostró más errático. Dos fallos para ser exactos. Pero no hicieron falta más. Dos imprevistos con el putter y toda opción de victoria saltó por los aires, como previamente le había sucedido a Daniel Summerhays (78 golpes, -7).
El norteamericano, que partía en el liderato para encarar la última jornada, hizo buena la intrahistoria que dice que prácticamente nadie logra salir victorioso de Muirfield Village si comete un doblebogey en la última jornada. Y él no fue menos. Pese a contener al campo en los primeros nueve hoyos, de los que salió con uno por encima del par, el deportista de Utah se desfondó en las últimas nueve banderas, donde cosechó tres bogeys y un doblebogey.
Así pues, Dufner se subió al escalón más alto del podio y le dejó el segundo puesto al mencionado Fowler y al indio Anirban Lahiri (65 golpes, -10), que protagonizó con diferencia la mejor vuelta del día gracias a siete birdies sin errores.
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