Lo que puede cambiar el Golf en un abrir y cerrar de ojos. Y si no que se lo digan al bueno de Webb Simpson (67 golpes, -19), que ha pasado de contar los minutos para levantar el trofeo que le acreditaba como ganador del RSM Classic a perder el campeonato por su mala gestión de la ventaja que con tanto esfuerzo había llegado a acumular el domingo. Todo ello con la intervención de Tyler Duncan (65 golpes, -19), que forzó el desempate con dos birdies en las dos últimas banderas y dio el hachazo definitivo al torneo en el segundo hoyo de la muerte súbita.
Antes que eso, Duncan ya había empezado a allanar el terreno con una vuelta en la que el único pero llegó en el hoyo 1, de donde salió con un bogey después de una dolorosa salida desde el tee. A partir de aquí, el deportista de 30 años fue acumulando un acierto tras otro hasta llegar al ya mencionado 16 con cuatro aciertos en la mochila, quedándose a dos de Simpson. Lo que vino después ya lo conocemos toda vez que el ganador del US Open en el año 2012 se detuviera en seco con los aciertos del principio y el final del día.
Birdies al 1 y al 3 y al 15 y 16 hicieron olvidar el amargo sabor de boca del bogey en el 14, pero la larga travesía en el desierto sin llegarse a anotar nada en la cartulina salvo los pares acabó jugando muy en su contra. Pues mientras Duncan cincelaba con cada birdie un impulso positivo a su moral, Simpson se quedó parado por completo, víctima de los nervios por ver desvanecerse entre los dedos algo que ya podía llegar a tocar. Una situación que lo persiguió hasta en los hoyos extra, donde acabó cediendo terreno ante el empuje de su compatriota.
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