Al jugador de Columbia le sobró una ronda. Demostró ser el mejor sobre el campo cuando las condiciones meteorológicas estaban más difíciles y lo volvió a repetir el fin de semana, cuando se vio obligado a llevar a cabo dos días maratonianos de Golf.
Nadie fue capaz de toser al estadounidense, que consiguió el Genesis Open por abrasión después de un juego preciosista en el que solo cometió cuatro bogeys en sus 72 banderas y que le permitió firmar en la misma semana el Hat Trick perfecto: torneazo, paternidad –lo anunció hace unas horas en Instagram su mujer Paulina Gretzky- y número 1 del mundo.
Dustin Johnson (68 golpes, -20) lo tenía todo hecho al arrancar sus últimas 18 banderas, y más aún cuando firmó dos birdies consecutivos en las dos primeras. Las ventajas del último ganador del US Open con respecto a sus rivales estuvieron rozando a partir de entonces los dobles dígitos, algo que le permitió relajarse y cuajar unos últimos hoyos en los que se limitó a no errar en exceso y esperar a que las horas le permitieran ponerse la corona como nuevo rey del planeta golf superando a Jason Day (71 golpes, +2), quien todavía no ha encontrado su ritmo desde que volvió de la lesión.
Así pues, DJ suma su decimotercer título en el PGA Tour. Una cifra más que respetable a la que ha dado lustre este último año, con cuatro victorias desde el pasado mes de junio. El joven belga Thomas Pieters (63 golpes, -12) y el norteamericano Scott Brown (67 golpes, -12) completaron el podio en un torneo en el que Sergio García (71 golpes, -2) no fue capaz de librarse del yugo de la primera vuelta de su recorrido y acabó vagando por la parte intermedia de la tabla, consiguiendo en sus últimos 18 hoyos un solitario birdie y un único bogey.