«Quiero más viento para el domingo, y el ‘rough’ (10 centímetros) debería ser siempre así». Con estos propósitos infla sus pulmones Pablo Larrazábal, ahora la mejor versión del golf nacional en el Open de España en Sevilla en lugar de Jorge Campillo, y muy cercano (un golpe) al nuevo líder y el mejor del ránking mundial (nº36) de cuantos compiten, el inglés Simon Dyson.
Larrazábal busca con ansiedad este triunfo, «pues me arreglaría temporada y media», dijo. Pero justo ese sentimiento es lo que va a intentar evitar el catalán para una ronda final que se presume de alta tensión.
«Tengo mis pautas que me ha dado mi psicólogo (John McGirr) que está al solecito de Irlanda, pero no las voy a contar», comentó el barcelonés, que firmó 69 golpes aunque dañado por un último ‘bogey’ en el hoyo18.
«Pegué un mal golpe desde el ‘bunker’ porque había por allí tres niños correteando. Así no se puede. Este es nuestro trabajo y esto no ocurre en otros oficios. Fue un ‘bogey’ bastante doloroso», comentó.
Tuvo razón Pablo en todo, y también en lo del solecito irlandés, porque lo que cayó desde el cielo en el Real Club de Sevilla fue una presa desbordada. El juego se destuvo casi dos horas a media mañana porque los ‘greens’ eran piscinas y en calle los operarios sacaban agua a espuertas.
En esa tesitura el campo y el torneo se han puesto para hombres curtidos: solo once figuran bajo el par, y el campeón para mañana se teme que no llegue a serlo con doble dígito bajo par.
Entre cábalas, lo mejor para el golf español es que no solo Larrazábal (hoy 69 golpes) acosa a Simon Dyson (-5 en el global), pues Jorge Campillo sigue arriba, cuarto y a dos del líder, y Alejandro Cañizares (el mejor del día con 68) es quinto, a tres.
También el valenciano Carlos del Moral se metió en la pelea, aunque al par y a cinco golpes. En ese abanico. desde el -5 de Dyson al par de Del Moral, saldrá el campeón del Open español, que por cumplir el centenario no estaría nada mal que lo ganase uno de los nuestros.