Aunque es cierto que la grandeza de las personas no tiene relación alguna con la altura, es bonito ver la vida desde otros puntos de vista. Desde los 1,68 metros de Gary Player puede apreciarse el éxito. El ser reconocido como uno de los mejores jugadores de todos los tiempos da buena cuenta de que no hace falta ponerse unos zancos de 60 centímetros para llegar a los 2,29 metros del chino Yao Ming y poder otear toda una vida de reconocimientos y sacrificios para con el golf.
Y es que pese a que en este peculiar David contra Goliath no hay ningún monstruo, vuelve a ser recurrente la frase de que no existe rival pequeño. Aunque para considerar al ex jugador de baloncesto un enemigo ya hay que tener imaginación con lo querido que es en China. Esta fotografía fue captada a principios de esta semana, durante la previa del WGC-HSBC Champions que comenzará a andar en solo unas horas.






