A pesar de que se dio a conocer con unas cuantas semanas de antelación la suspensión del Masters de Augusta, muchas de las negociaciones con los proveedores ya estaban tomadas desde hacía meses. Así, el tema de la alimentación -incluyendo la que debía venderse en los puestos de concesión alrededor del campo- estaba más que cubierto, con centenares de kilos de comida de diversa índole. Desde productos perecederos hasta no perecederos se agolpaban en el Augusta National a la espera de que el campeonato echara a andar en abril.
Sin embargo, la decisión de suspender el torneo por culpa de la pandemia ha obligado al complejo de Georgia a tomar una decisión con respecto a los alimentos con una fecha de caducidad próxima. Y gracias al Golden Harvest Food Bank, una organización del área de Augusta que intenta ayudar a personas que intentan recuperarse de esta crisis y que necesitan alimentos, han conseguido movilizar casi una tonelada de comida para las familias más vulnerables. En concreto, el Augusta National ha donado 900 kilos de alimentos de primera necesidad y 50 mil bolsas de patatas fritas que servirán para que este banco de alimentos pueda completar los casi 300 almuerzos que distribuyen diariamente en el condado.
“Es reconfortante ver al Augusta National, con todo lo que representa para el Golf mundial, promoviendo esta iniciativa tanto con recursos como con artículos del campeonato para ayudarnos en estos momentos”, afirmó Amy Breitmann, directora ejecutiva de Golden Harvest, en el Augusta Chronicle.
“Este torneo es una tradición muy especial y poderles dar a algunas de esas personas la oportunidad de formar parte de esta experiencia no tiene precio”, concluyó. Además de la comida, el histórico complejo ha contribuido financieramente al Fondo de Ayuda de Emergencia COVID-19, según informó la asociación, lo que posibilitará que puedan ofrecer más de 200 mil comidas para familias que luchan contra el hambre.