En los últimos tiempos raro es el verano que desde el Augusta National no se realice alguna innovación en sus ya extraordinarias infraestructuras. Y es que desde el complejo de Georgia se suele aprovechar la época estival -con menos trasiego que el resto del año- para que todo siga luciendo a la perfección y continúe sorprendiendo a su reducido número de miembros -alrededor de 300- y a sus invitados, la mayoría de ellos la crème de la crème del panorama financiero global.
Según hemos podido conocer gracias al Augusta Chronicle, parte de los planes de renovación e este año involucran directamente a la Cabaña Eisenhower, el lugar que se encuentra cerca del tee del 10 desde que se inaugurara allá por 1953. El objetivo es bien simple, “alinearla con los estándares modernos, intentando que al mismo tiempo continúe preservando su inigualable naturaleza histórica”.
No en vano en este lugar han descansado desde hace más de 60 años todos los presidentes de Estados Unidos que han sido invitados a entrar al Club, permitiéndoles a todos ellos llevar a cabo unos días de relax en uno de los grandes puntos de encuentro del panorama golfístico mundial. Eso sí, la reforma no será integral -ni mucho menos- y solo se llevará a cabo en un acre de terreno -algo así como 4046 metros cuadrados-.
Puede parecer una gran extensión, pero ni mucho menos. Esta será la obra de menor envergadura de la historia reciente del Augusta National, para la que se utilizarán plantas tales como el acebo o la azalea para ponerlas alrededor del edificio. Y es que si lo comparamos con el imponente centro de medios actual que sustituyó a la vetusta sala de prensa, toda mejora se antoja mínima.