La vida sigue pasando y, a pesar de que muchos han respirado tranquilos con el anuncio de que el Masters de Augusta se disputará finalmente del 12 al 15 de noviembre, todavía hay quien mira con anhelo desde la lejanía el Augusta National, un campo que esta semana debería de estar respirando Golf por los cuatro costados. El golpe inaugural de Jack Nicklaus y Gary Player, la competición de los pares 3 y, por supuesto, el torneo. Un evento por el que muchos siguen suspirando y que ha llevado a los compañeros de Golf dot com a acudir a DataGolf para extraer conclusiones de quién podría haberse llevado la Chaqueta Verde.
Cabe comentar a estas alturas de la película que la utilización del big data en el mundo del deporte no es algo baladí. Año a año los mejores clubes del mundo de cualquier disciplina se adentran en este mundo que, según los expertos, pueden reproducir con gran fiabilidad una serie de resultados en función de unas variables introducidas y el historial de un jugador o equipo con el paso del tiempo. Es por esto que nos complace anunciar que, igual que lo fue para los expertos del PGA Tour en el malogrado WGC-Match Play, los números también le dan la razón a Jon Rahm. De haberse disputado esta semana, el León de Barrika hubiese tenido muchas posibilidades de haberse llevado su primera Chaqueta Verde.
Sí, está bien. Sabemos que no se trata más que de una simulación que poco o nada sabe de los imprevistos que pueden ocurrir en un momento –fíjense si no en aquella caída por las escaleras de Dustin Johnson en 2017 que le obligó a retirarse del torneo cuando todo el mundo le daba como principal favorito-. Pero esto habla muy bien del buen hacer del español a lo largo de los últimos meses en el circuito mundial. Un triunfo que lo podría haber encumbrado a lo más alto del ranking mundial y a ser el cuarto miembro de la Armada en ganar aquí tras Seve (2), Olazábal (2) y Sergio.
Una victoria ficticia que llegaría después de una vibrante competición en la que, a pesar de empezar Rahm como un tiro tras un -7 inicial con el que se subió a lo más alto de la tabla, tuvo que luchar muchísimo para deshacerse de Bubba Watson y Lee Westwood –a los que el big data daba como grandes contrincantes en la segunda y en la tercera ronda- y de DJ, con quien el León de Barrika tuvo de pugnar en los nueve hoyos finales para hacerse finalmente con el triunfo por un impacto de distancia (278 golpes, -10). Esto todavía podría ser una realidad en siete meses, pero es pensar en la foto de Tiger Woods poniéndole la Chaqueta a Jon y se nos hace la boca agua.