A caballo regalado no se le mira el diente. Esto mismo es lo que debió pensar el estadounidense Tony Finau, que de la noche a la mañana se enteró de que la próxima semana participará en The Open Championship sobre la hierba del Royal Birkdale inglés, el tercer Major de la temporada. Y es que el norteamericano, que se había quedado momentáneamente fuera de la lista de jugadores que completaban el campo, se vio favorecido por la baja de última hora de su compatriota Ben Curtis –campeón de la edición disputada en 2003– y deberá cambiar todos los planes para acudir en unos días a Reino Unido.
“No conozco las circunstancias que están detrás de la retirada de Ben, pero estoy muy agradecido de poder jugar el Open”, comentó en su cuenta de Twitter el golfista nada más recibir la noticia por parte de la R&A en la tarde del miércoles. Y no es para menos. Será el segundo año consecutivo que el deportista de 27 años esté presente en el tercer Grande de la temporada tras el T18 conseguido en Royal Troon. Un premio del que también disfrutarán los aficionados al poder ver en acción a uno de los golfistas más atractivos de la actualidad.
No en vano, Finau presume de ser de los grandes bombarderos del PGA Tour con una distancia media desde el tee de 308,3 yardas –o lo que es lo mismo, 281 metros de salida-, lo que le convierte en el octavo jugador en distancia de la gira norteamericana. Y no solo eso, sino que el golfista afroamericano es de los más agresivos en el campo, algo que puede apreciarse a simple vista si se tiene en cuenta que es el que más birdies ha conseguido de todo el circuito.
Asimismo, será otro paso más en la mejor temporada de su carrera –si obviamos el triunfo del año pasado en Puerto Rico-, que le ha llevado a conseguir cinco Top 10, casi dos millones de dólares en ganancias, el puesto 26 de la FedEx Cup y el número 64 de la clasificación mundial.