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El jugador español declaró tras finalizar su ronda que: «No me siento del todo cómodo con mi swing. El ‘shank’ fue el resultado directo de eso»
«Podría haber ido al búnker del green o corto, pero terminó siendo peor. Tuve suerte con lo que pasó. Pude salvar un bogey, lo que minimizaba el error. Pensé que me iba fuera de límites y ya veía el 7 en mi tarjeta». De esa forma describía Jon Rahm su segundo golpe en el 2 de Muirfield (su undécimo hoyo de juego), un brutal «shank» («socket») que a punto estuvo de arruinarle la vuelta y que en el hoyo siguiente neutralizó con un golpazo marca de la casa, tal y como podemos comprobar en las imágenes.
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