Sin lugar a dudas ha sido una de las grandes historias de los últimos años en el Golf mundial. El triunfo del amateur Nick Dunlap en el American Express ha dado la vuelta al mundo y se ha colado de lleno en la portada de los diarios de medio mundo -no debería de extrañarnos al convertirse en el primer aficionado en ganar un torneo de la gira americana en los últimos 33 años-. Sin embargo, y pese a la sorpresa generalizada, hay quienes no se han asombrado lo más mínimo.
Es el caso de sus amigos, familiares y entrenadores, que siempre han visto en este deportista a alguien que ha nacido para conseguir grandes metas en este deporte. “Todo lo que he sentido en el día de hoy es alegría”, señalaba Jay Seawall, su entrenador en la Universidad de Alabama, quien aprovechó el fin de semana para estar al lado de su pupilo. “Cuando conoces a un joven durante tanto tiempo y sabes que este momento es con lo que lleva soñando desde que tenía once años, es algo que te llega dentro y te emociona”, añadía el preparador.
Jay no fue el único al que se le saltaron las lágrimas cuando Nick levantó el trofeo que lo convertía en ganador del PGA Tour. Y es que tanto Jim como Charlene, padres del joven golfista, celebraron el triunfo tanto como su hijo. “Durante la ronda alguien me preguntó si tenía posibilidades de ganar. Yo le respondí que él iba a conseguir algunos birdies… y así ha sido. Es difícil no estar orgulloso de él después de todo el trabajo duro que está realizando”, confirmó el progenitor.
De hecho, parece que nos encontramos con un golfista hecho de otra pasta, tal y como señala su entrenador: “Ha ganado en todos los sitios donde ha jugado. Hizo un doblebogey que a otros les hubiera afectado, pero a él no. Es diferente”, sentenció.
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