Interesantes cambios los que se avecinan para el circuito femenino norteamericano a partir del próximo curso. Y es que con motivo del CME Group Tour Championship, el último evento de una durísima temporada, la LPGA ha anunciado una restructuración de este campeonato a partir de 2019. Empezando por la bolsa de premios, que doblará su actual cuantía -pasará de los 2,5 millones de dólares a los 5– y terminando por la propia Race to CME Globe, que como en el caso de la FedEx Cup del PGA Tour, vivirá un sonoro cambio para evitar que existan dos ganadores en la misma semana -uno del último torneo y otro en el apartado de la regularidad-.
Comencemos con el tema del dinero, algo indispensable para todo gran evento que se precie. Un impulso que se ha podido dar gracias a la colaboración de CME Group y en particular de su CEO, Terry Duffy. “Es el único patrocinador que conozcó que me llamó y me dijo que había llegado el momento de poner un premio más alto para las mujeres en el Golf”, afirmó en una conferencia de prensa Mike Whan, comisionado de la LPGA.
“Este anuncio es muy importante porque puede ser un punto de inflexión en los estándares que teníamos del Golf femenino”, sentenció. Y nada más lejos de la realidad. Porque tener detrás el apoyo de un gigante como CME le asegura un futuro próspero a nuestro deporte. Máxime cuando este cambio traerá consigo -y aquí abordamos el punto de la Race to CME Globe– una restructuración tal y como la concebíamos hasta este 2018.
Y es que las jugadoras seguirán ganando puntos por los torneos disputados, pero al llegar al último torneo y se haya podido establecer las 60 mejores clasificadas -que son las que formarán parte del campeonato final- estos puntos desaparecerán y todas las participantes tendrán posibilidades de llevarse el botín final. Un botín que, por otra parte, dejará de premiar la regularidad y se integrará en el millón y medio de dólares que se llevará a casa la ganadora. Unas ideas que han parecido contar con el apoyo de las protagonistas.
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