Seguramente no es la manera ideal de comenzar un torneo y ni por asomo la que Gonzalo Fernández-Castaño (73 golpes, +3) tenía en mente, pero hay que mentalizarse cuanto antes y salir el viernes a por todas en este Greenbrier Classic. El madrileño arrancó con muchas ganas la vuelta en White Sulphur Springs, pero no fue suficiente. El exceso de energía en el tramo inicial fue contraproducente para el capitalino, quien cometió un doblebogey en su primera bandera del día que le acabó persiguiendo durante el resto de la ronda.
Y eso que este jueves presentó unos números más que decentes en las inmediaciones de bandera –consiguió una ventaja de casi un impacto más en los greenes en comparación con la media de los jugadores en el campo-, pero las salidas a calle –un 50 por ciento de acierto- y sobre todo los greenes en regulación –consiguió tomar un 44 por ciento– le acabaron pasando factura al golfista español, lo que se tradujo en el mencionado doblebogey y tres bogeys en sus nueve primeros hoyos que le llevaron directamente al fondo de la tabla.
Ni tan siquiera los nueve pares en sus otras tantas banderas finales pudieron parar una caída que dio con sus huesos en el T132, a tres impactos del corte virtual del evento y a doce del colombiano Sebastián Muñoz (61 golpes, -9), quien ha volado sobre el complejo de Virginia Occidental con diez birdies y un solo error para situarse líder en solitario del evento.
Tras el sudamericano, un viejo rockero como Davis Love III (63 golpes ¡, -7) le sigue al acecho, justo un golpe por delante de un nutrido grupo de jugadores que encabezan el canadiense Graham DeLaet (64 golpes, -6) y el sueco David Lingmerth (64 golpes, -6), que como ya sucediera en el Quicken Loans de la semana pasada ha vuelto a empezar como un tiro en un evento de la gira estadounidense.