El pasado jueves, cuando el European Tour anunció a bombo y platillo la vuelta de la competición a finales del mes de julio con el bautizado como “UK Swings”, tan sólo faltaban los fuegos de artificio para hablar de una verdadera fiesta. Todo parecía que iba rodado: seis torneos seguidos en las islas británicas y a muy poca distancia unos de otros parecía ser lo que la gira necesitaba para volver a sentirse fuerte y retomar la actividad con optimismo -sobre todo porque muchos campeonatos han sido creados desde cero y se ha dotado de un millón de euros en premios a cada uno-. Sin embargo, los problemas han empezado a llegar a partir de ahora.
Y es que la realidad, como ya hemos comentado en alguna que otra ocasión, es muy tozuda. Y en los tiempos que corren más todavía. Conforme vamos conociendo más y más detalles acerca del procedimiento que quiere seguir el circuito del viejo continente nos sorprendemos un poco más del laborioso esfuerzo que va a tener que hacer el equipo de trabajo de Keith Pelley para que todo salga adelante. Empezando por el tema de la cuarentena obligatoria de dos semanas para entrar a Reino Unido, que tienen idea de que se elimine para que los jugadores no vean aquí un contratiempo para viajar.
Una medida que, como imaginarán, tiene que ser autorizada por el Gobierno y ante la que, a día de hoy, todavía no tienen contestación. A fin de cuentas imagínense con la cantidad de países implicados en el European Tour que no se pudiera llevar a cabo este propósito. Sería un auténtico caos tanto para el Tour como para los propios jugadores. Pero olvidando esto -y suponiendo que salga adelante, que es lo que todo el mundo espera-, todavía hay algunos pequeños flecos que solucionar en relación a cómo lo va a hacer el ET para poder proteger en una “burbuja” a jugadores y caddies semanalmente.
En el PGA Tour ya han comentado que no van a tener ningún problema gracias a los resorts con los que cuentan los campos, que gozan de una enorme capacidad para que todos puedan permanecer en una misma sede. Lamentablemente, en Europa eso pasa en pocas ocasiones. Y el más claro ejemplo lo podemos ver con el “UK Swings”. De todos los campos que visitará la gira tan sólo Celtic Manor puede presumir de contar con más de 500 habitaciones. Números a los que no llegan Forest of Arden o Hanbury Manor, por citar dos ejemplos.
Y esto, sabiendo que se va a jugar en un campo completo de 144 jugadores hará que las cifras -sumando golfistas, caddies y algún miembro esencial del equipo- se vayan por encima de las 300 estancias individuales. Un serio aviso a navegantes que va a hacer que el circuito se ponga enseguida a tratar de solucionar el entuerto.