Hay días en los que uno no se debería levantar de la cama debió de pensar Ryan Brehm y es que el estadounidense que se encontraba en el Top 30 en el comienzo de la jornada se fue hasta la última plaza, entre otros motivos, por este golpe con el que la bola debía de quedarse en el green y sin embargo salió disparada hasta el agua como un misil tras botar en un aspersor.
Golf can be a cruel game. #QuickHits pic.twitter.com/0Mz5wdlOX8
— PGA TOUR (@PGATOUR) 25 de febrero de 2017





