Una vez más tenemos que volver a repetir eso de «El Golf es duro». Esta vez fue Rickie Fowler quién sufrió en sus propias carnes la crudeza de este deporte en el momento menos oportuno y es que el estadounidense iba como un tiro en los ocho primeros hoyos de el Barclays donde anotó dos birdies (5 y 6) y un eagle (7) cuando de pronto se vio frenado por esta cruel y auténtica corbata, de 360 grados.
Golf is a cruel game. ?? pic.twitter.com/2JLA6kWEfb
— PGA TOUR (@PGATOUR) 25 de agosto de 2016





