En otras ocasiones hemos podido ver como la bola golpeaba el trapo, en mitad del palo de la bandera, e incluso en la parte de abajo, pero lo que nunca habíamos visto era como la bola salía disparada como un rayo tras golpear en la parte superior de la cazoleta dentro del agujero. Le ocurría a Andy Sullivan en el Open de Italia durante la segunda jornada, un golpe perfecto en cuanto a dirección y metros (170) que terminaba en par pudiendo haber acabado en Hoyo en Uno.