El jugador inglés no pudo estrenar el número 1 mundial con un triunfo en los 72 hoyos y tuvo que acudir a la muerte súbita tras firmar el bogey en la última bandera
Era la oportunidad perfecta para dejar el torneo finiquitado, convertirse en el inglés con más victorias en la historia del PGA Tour y lucir con honores su nuevo rol como nuevo número 1 del mundo… pero se encontró con una inesperada corbata tras un putt lanzado a la perfección. Justin Rose sufrió en sus carnes la crueldad de este deporte después de haber hecho frente al 18 con un golpe de ventaja respecto a Keegan Bradley.
Un impacto que hubiese conservado de haber logrado el par en la última bandera. Pero un segundo golpe en el que la bola se quedó corta y un chip bastante flojo le dejaron con un serio compromiso desde casi cinco metros que no logró superar.
Justin Rose … for the win … pic.twitter.com/eRYqLVnCgS
— PGA TOUR (@PGATOUR) September 10, 2018






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