Una vez que hemos conocido que el Golf volverá al circuito europeo en poco más de un mes, multitud de jugadores se han puesto manos a la obra con el objetivo de llegar en un estado de forma óptimo a la disputa del “UK Swings”, la serie de seis torneos consecutivos que se llevarán a cabo en Gran Bretaña.
Es por esto que, al igual que los amateur hemos salido de nuevo a los campos, los profesionales hayan aprovechado para jugar unos cuantos hoyos con un grupo de amigos. Y es en esta tesitura donde el pasado fin de semana se logró un registro (-14) nunca visto ya sea en el PGA Tour o en el European Tour.
El autor de la proeza fue el inglés Sam Horsfield, que sobre la hierba del Streamsong Black de Florida logró apuntarse en la cartulina de este par 73 un estratosférico 59. Un catorce bajo par total logrado a base de birdies e eagles y aderezado con una total ausencia de errores. Diez “pajaritos” y dos “águilas” consiguió este jugador británico casi desconocido en la mejor gira del viejo continente. Después de todo, su mejor resultado hasta la fecha fue un Top 62 en el Scandinavian Invitation de agosto del año pasado.
Y lo cierto es que no hay que restarle una pizca de mérito, pues el 59 se produjo en un campo inaugurado en 2018 por Gil Hanse que ha sido descrito por Golf Digest como “el conjunto de greenes más grande y atrevido de toda Norteamérica”. Un par al que también vencieron sus dos compañeros de juego –68 y 69 golpes- y que coloca a Horsfield en una posición de privilegio ahora que se va a reanudar la gira. Un circuito europeo en el que tratará de resarcirse de los malos resultados antes de que todo se suspendiera, pues sólo había logrado pasar tres cortes en los siete campeonatos disputados.