Con la polémica con el European Tour todavía en el aire por culpa del desatino a la hora de cuadrar las pruebas de los respectivos calendarios –no hay que olvidar que la gran mayoría de europeos se encuentra en el Open de Francia, que dobla los puntos para la Ryder Cup-, arrancó este jueves el último campeonato del mundo de la temporada sobre la hierba del Firestone de Akron (Ohio).
Una jornada que ha enseñado lo dura que va a ser para muchos golfistas la vuelta a la rutina y que ha demostrado que tanto Dustin Johnson (-1) como Billy Hurley III (-1), los dos últimos campeones en Estados Unidos, se encuentran en una forma envidiable tras finalizar sus primeros 18 hoyos dentro de los diez mejores jugadores del evento. Sin embargo, no son los golfistas más felices en el día de hoy. Este honor le corresponde a William McGirt (-6), único jugador de los 58 que forman parte del campeonato que ha conseguido entregar una cartulina libre de bogeys. Y su trabajo le ha costado.
Sin ir más lejos, el deportista de Carolina del Norte tuvo que embocar un espectacular putt desde 14 metros para firmar el par en su última bandera y entregar una tarjeta totalmente inmaculada para alegría del público asistente. El jugador de 37 años ha cogido en estas primeras horas un pequeño colchón de ventaja, tres golpes concretamente, respecto al grupo perseguidor del que forman parte el argentino Emiliano Grillo (-3), el también estadounidense Jimmy Walker (-3) y el número 1 del mundo, el australiano Jason Day (-3), que ya comienza a hacerse un hueco en la parte alta de la tabla solo unas horas después de confirmar su ausencia de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
A solo un golpe de estos tres jugadores nos encontramos con más madera para los primeros puestos con los estadounidenses Rickie Fowler (-2) y Jordan Spieth (-2), mientras que el irlandés Shane Lowry (+6), actual defensor del título, ha sufrido un gran pinchazo en este jueves y tendrá que ponerse manos a la obra para intentar remontar el vuelo.