A buen seguro que no quedará para los anales de la historia el debut de la Armada en la edición de 2021 del US PGA Championship celebrado en el Ocean Course de Kiawah Island, pero nadie dijo que fuera fácil la conquista del primer Major para los nuestros en este evento. De hecho, a las dificultades que ya de por sí acostumbran a tener los españoles en el presente campeonato, se les une en esta edición un campo larguísimo que ya ha dejado patente que no va a regalar nada a nadie. Y da igual el nombre que tengas.
Ya puedes ser Rory McIlroy (75 golpes, +3), gran favorito al triunfo y que venció aquí hace casi una década dando una enorme lección de Golf, Justin Thomas (75 golpes, +3), que busca aquí su asalto al número 1 mundial, o Dustin Johnson (76 golpes, +4), actual poseedor de la vara de mando de este deporte, que el Ocean Course no hace distinción por apellidos. Y la más clara muestra la tenemos con el primer líder de la prueba. El canadiense Corey Conners (67 golpes, -5) ha sorprendido a propios y a extraños con una exhibición en su primera manga y ya son dos golpes los que tiene de margen con respecto a un nutrido grupo que viene por detrás.
Una serie de seis golfistas entre los que, lamentablemente, no encontramos a ningún español. Y no es porque Jon Rahm (72 golpes, Par) no haya puesto ahínco para entregar una cartulina con un resultado por debajo del par. Pero el vizcaíno, que comenzó su andadura por el 1, tuvo un inicio algo errático en el segundo Grande del curso, tal y como explican sus números. Un 42 por ciento de calles cogidas y un 50 por ciento de greenes en regulación, además de un escaso ratio de conversión de putts, explican a la perfección por qué no ha conseguido ganarle la partida al campo de Carolina del Sur.
Dos birdies y dos bogeys le hicieron entregar una tarjeta tal y como empezó, algo que no ha estado tan mal viendo la fiereza del campo y que lo sitúan en el Top 31, a sólo dos golpes del Top 10. Algo más complicado lo ha tenido Sergio García (77 golpes, +5), que se dejó ir durante la fase final de su ronda y puede pagar un peaje muy caro en forma de eliminación temprana. Y eso que el castellonense, a pesar de la montaña rusa en la que se convirtió su ronda -tras el 12 se había anotado cuatro birdies, cuatro bogeys y cuatro pares– marchaba con Par a seis banderas del final.
Pero del 13 al 16 llegaron tres bogeys y un doblebogey de manera consecutiva que borraron de un plumazo su nombre de la cabeza del torneo y lo colocaron en el puesto número 110, una posición desde la que tendrá que trabajar mucho si no quiere despedirse de la segunda gran cita del año a las primeras de cambio, tal y como le sucedió en Augusta.