Si atendiéramos al cancionero sabinero con aquel “al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver” podríamos habernos conformado con aquel calendario presentado hace ya algunas semanas por el European Tour donde no se avistaba la presencia del Open de Francia. Sin embargo, y una vez que la obligación hizo que la temporada pasada no pudiéramos disfrutar de Le Golf National aunque fuera por televisión, tener la oportunidad de recorrer de nuevo la hierba del complejo parisino mientras recordamos el triunfo del equipo europeo en la Ryder Cup de aquel lejano 2018 -cómo pasa el tiempo- nos hubiera supuesto un chute de adrenalina para la tan ansiada normalidad.
Esto han debido pensar también desde los altos estamentos de la gira del viejo continente, pues este lunes han dado la primicia para tratar de acallar el runrún provocado por la cancelación del Oman Open de la primera semana de marzo. Así, el Open nacional más antiguo de la gira volverá a vestirse de gala del 6 al 9 de mayo -una vez que hayan tenido lugar los dos eventos en Canarias y el Portugal Masters– para tratar de enviar un mensaje de esperanza a todos aquellos resignados con una situación que parece no mejorar: entre tanta nube siempre se puede divisar un rayo de luz.
“El Open de Francia es uno de los torneos históricos por antonomasia de nuestra gira. Además, Le Golf National es uno de nuestros emblemas, por lo que estamos encantados de confirmar que ambos formarán parte de nuestro calendario este año”, confirmó Keith Pelley en un comunicado transmitido a los medios. “Será una oportunidad perfecta de rendirle honores a la gira con una cita clásica en esa época del año y, a la vez, celebrar la maravillosa herencia que tienen los Abiertos Nacionales en nuestra gira”, sentenció.
Puede parecer un anuncio a bombo y platillo y con excesivas alharacas, pero lo cierto es que con los datos en la mano pocos eventos pueden compararse al disputado en el país vecino. Después de todo, su primera disputa data de 1906 y sobre su hierba se ha visto brillar a algunos de los mejores jugadores de todos los tiempos, tales como Henry Cotton, Byron Nelson o Seve Ballesteros.